Me poso sobre su brazo y
él me acaricia la espalda, me cuenta que soy su pequeña mariposa y
que no quiere que lo deje, sabe que algún día tendré que volar
libremente como él lo hizo, tiene miedo y está aterrado, detesta la
idea de dejar el capullo... Extiende sus enormes alas
y me cuenta que me ayudará, aun soy pequeña y jura estar aquí,
conmigo, siempre. Da un salto y comienza a volar, intento hacer lo
mismo, pero no puedo. Lo observo y admiro en la manera de su aleteo,
sueño con poder llegar a ser como él, puro. Vuelve hacia mi y me
comunica que no será fácil, yo le contesto que no quiero que sea
fácil, si no solo posible, me mira y esboza una sonrisa, habla de
que está orgulloso de nosotros... Pero, ¿Quién es él? Sí, él. ¿Quién sabe?
¿Tú?.
Sonrío, todo ha sido un
sueño, me levanto y estiro mis brazos, ahora que he escrito esto, es
hora de enseñárselo.